MEDICINA ANTROPOSOFICA, MEDICAMENTOS ANTROPOSOFICOS Y TERAPIAS ARTISITICAS
MEDICINA ANTROPOSOFICA
La medicina antroposófica surge como una evolución necesaria de la medicina alopática. En cierto sentido, es su continuación. Se considera de este modo una ampliación de la medicina alopática, no una alternativa en el sentido de una contraria. (Eso sí, es una alternativa para los pacientes en el sentido que es una opción que les ofrece eficaces y saludables servicios) La medicina antroposófica es una continuación de los principios de la ciencia natural, pues rescata de ella la extensa fenomenología que ésta ha aportado en el ámbito del estudio médico; aprecia y mantiene su rigurosidad y exactitud -el fruto de una ciencia que superó desde mediados del siglo XIX, una medicina humoral, de tradición milenaria que ya había entrado en un proceso de decaimiento. Con Rudolf Von Virchow, para muchos padre de la medicina contemporánea, tenemos el nacimiento de una concepción atomista del hombre donde en cada parte (la célula) se encuentra todo lo que el hombre es. El estudio celular (realizado por él en cadáveres) basta para entender la salud, la enfermedad y al hombre mismo, que finalmente viene a ser una compleja suma con diverso grado de diferenciaciones de estas partes microscópicas. Necesariamente, la Antroposofía con su concepción ampliada del ser humano, su comprensión de los procesos vitales, anímicos y espirituales como realidades concretas, no producidas ni explicables por fenómenos físico-químicos, pudo darle una ampliación enorme y necesaria a esta forma reduccionista de comprender al ser humano y sus dolencias.
La interacción compleja de los procesos físicos, vitales, anímicos y espirituales; la compenetración de los equilibrios y desequilibrios que se producen en estas relaciones da maravillosas luces para comprender la labor médica de una forma realista y humanizada. Las sustancias naturales que en la medicina antroposófica se emplean para ayudar a que el ser humano alcance o tienda a restablecer estados de equilibrio son también un aporte y un avance desde la medicina alopática.
MEDICAMENTOS ANTROPOSOFICOS
Las sustancias utilizadas en la Medicina Antroposófica son extraídas directamente de la naturaleza, principalmente de minerales y plantas, como también de algunos órganos animales, respetando en cada uno de esos reinos de la naturaleza, lo esencial de ellos. En algunos casos, aparte de los procesos naturales de extracción y conservación de ellos en las tinturas madres, se realizan algunos interesantes procesos de intensificación o combinación de sustancias sin alterar sus esencias. No se ocupa ninguna sustancia químicamente sintetizada.
Desde la concepción antroposófica se visualiza al ser humano como un microcosmos, como un compendio de todo el Universo. De este modo, encontramos, cualitativamente, los reinos mineral, vegetal y animal en cada ser humano. Concordantemente con esta idea y experiencia, la medicina antroposófica busca en armonía con esta naturaleza humana extraer las sustancias para su curación desde la misma Naturaleza. Por ello no existe ninguna sustancia artificial que no tenga efectos adversos o indeseados, ya que no se encuentran en armonía con los procesos naturales que son propios también del ser humano. Las sustancias de la medicina antroposófica se destacan por la bajísima incidencia de estos efectos. Estos medicamentos se administran en forma oral, tópica o subcutánea, principalmente. Los principios de estas sustancias se asemejan a procesos que en el ser humano se expresan en una enfermedad. Por ejemplo, el proceso inflamatorio calórico estancado tiene una correspondencia cualitativa con el veneno de la abeja. Este veneno utilizado en dosis muy pequeñas,a través de un complejo proceso de elaboración del medicamento, permite que el organismo corrija, desde sus propias fuerzas, este desequilibrio inflamatorio cuando este se produce. Así el medicamento elaborado en base al veneno de abeja presta un gran servicio al ser humano, ya que en sí mismo ella está presente.
En la medicina antroposófica entendemos las enfermedades como desequilibrios, y al ser humano como una entidad maravillosa que en forma lábil, está continuamente buscando equilibrios entre fuerzas formativas polares que en los miembros de la Naturaleza se manifiestan muchas veces en forma muy pura. Si se dieran puramente en el hombre, este manifestaría profundos procesos patológicos. Es decir, una planta por ejemplo, puede inclinarse hacia un exuberante e intenso proceso floral. Cualitativamente, esto se correspondería a un proceso enfermo de desequilibrio en el hombre. El ser humano, abarca en equilibrio toda la multiformidad de procesos que en la naturaleza se dan en forma separada; el ser humano es un reflejo de todo el cosmos, es un microcosmos frente al macrocosmos.
TERAPIAS ARTISTICAS
Valor Terapéutico de las Distintas Disciplinas Artísticas
La práctica de un arte, y también su experiencia para el espectador, adquiere profundidad gracias al conocimiento y vivencia de las fuerzas formativas que son convocadas al juego por el artista. Estas fuerzas, inherentes a cada arte, modelan la vida anímica en virtud del constante esfuerzo de concentración que exige su práctica. La consecuente armonización de las propias fuerzas anímicas del artista se orienta renovadamente hacia cada acto creativo.
La vivencia interior que va desarrollando el artista, gracias al esfuerzo constante en su trabajo y en la búsqueda de la armonía y belleza del mismo, actúa terapéuticamente y se irradia hacia la vida de todos los días.
Puesto que son muchos los aspectos anímicos que se movilizan, tanto en la práctica como en la contemplación de cualquiera de las artes, el terapeuta deberá encontrar entre las diferentes disciplinas artísticas aquéllas que ofrecen el valor curativo adecuado para tratar cada uno de los diferentes desequilibrios o anomalías que presenten sus pacientes. Desde esta perspectiva, el artista, orientado por el médico terapeuta tratante, podrá guiar al paciente en la realización de un trabajo que le permita despertar aquellas capacidades artísticas que serán de ayuda en su proceso terapéutico.
EURITMIA TERAPEUTICA
Rudolf Steiner desarrolló los movimientos de la euritmia de tal modo que la fuerza expresiva del espíritu y actividad del alma presentes en la Poesía y la Música, puedan manifestarlas en artísticos movimientos del cuerpo humano como lenguaje visible y canto visible.
La euritmia curativa es una metamorfosis de la euritmia artística. Sus gestos y movimientos ya no están en relación a un contenido poético o pensante, sino que pueden ser conducidos hacia el proceso terapéutico de una enfermedad.
El paciente se concentra totalmente en un solo movimiento que se repite rítmicamente durante la sesión. Así también las sesiones se repiten rítmicamente para desarrollar las fuerzas formativas. La participación rítmica y activa del paciente en su curación es posible incluso en pacientes postrados en cama.
La euritmia curativa es una terapia a través del movimiento. Su método, junto con la voluntad de curar del euritmista, unido a la voluntad de curarse del paciente, la hacen una terapia fundamental en la medicina antroposófica.
Dibujo en Formas
El Arte del Dibujo de Formas y su Valor Terapéutico:
El Dibujo de Formas es un arte donde el movimiento deviene forma. O bien, puede decirse: forma es movimiento en descanso. Los elementos del Dibujo de Formas son la línea recta y la línea curva, con todas sus variantes intermedias. Para Filippo Brunelleschi (1377-1446) padre de la perspectiva y constructor del Domo de Florencia, “Las líneas y las formas son los signos visibles de los gestos divinos. Aprende a comprenderlos y comprenderás cómo Dios creó el mundo”.
Así como entre la línea recta y la línea curva existe una clara polaridad, también en la morfología del hombre se manifiesta una polaridad entre la forma de la cabeza y la de las extremidades. Un polo, relativamente quieto, donde predomina la curva (el cráneo), y el otro, en constante actividad, donde predomina la recta (huesos tubulares de las extremidades).
Anímicamente, el polo cefálico está organizado para el pensar; el polo metabólico, para la actividad de la voluntad. El pensar puede rigidizarse en conceptos muertos, pero también puede ser penetrado por la luz de la sabiduría. La línea recta, radial es expresión anímica del pensar; lo apolíneo.
Por otro lado, las dinámicas fuerzas de la voluntad pueden llegar a desintegrarse en el caos del movimiento, sin embargo, pueden también ser penetradas por el calor del amor. La línea curva será siempre anímicamente expresión de la voluntad, del movimiento, lo dionisíaco.
Sólo desde las fuerzas del centro puede el yo del hombre equilibrar y crear armonía entre estas dos fuerzas cósmicas polares integrando armoniosamente las fuerzas anímicas del pensar, sentir y querer.
El Dibujo de Formas es un arte donde esta armonización se hace posible.
El valor Terapéutico de esta disciplina comienza cuando el niño o el adulto se esfuerzan conscientemente y en forma repetitiva, en hacer ejercicios de Dibujo de Formas con la mayor precisión y belleza posible, así irá venciendo ya sea las fuerzas caotizantes de la voluntad (hiperactividad), o bien la rigidez y lentitud mental (que se manifiesta en las ideas fijas e incapacidad de observación).
La creciente complejidad que se puede alcanzar en el Dibujo de Formas y el esfuerzo que implica su realización, irán permitiendo internalizar las leyes activas en las formas y en sus armonías, actuando paulatinamente hacia la armonización de las facultades anímicas.
Carboncillo
El Dibujo a Carboncillo, entre la luz y la oscuridad:
Se trata de un nuevo impulso hacia el dibujo dado por Rudolf Steiner a partir de las cualidades propias de la luz y la oscuridad. Esta disciplina desarrolla un nuevo método de sombrear, empleando trazos rítmicos diagonales. A partir del intercambio de planos y superficies de luz y sombra se llega a la forma.
El trabajo de dibujo en blanco y negro a carboncillo con trazos diagonales que van de arriba hacia abajo, de derecha a izquierda, conlleva un elemento terapéutico pues ayuda al yo del hombre a encarnar y a trabajar correctamente en el plano físico. Es de gran ayuda para jóvenes y adolescentes, pero también para muchas personas que tienen problemas de falta de concentración y/o de orientación en el espacio. Ayuda a vincular el pensar, el sentir y el querer: cabeza, corazón y mano. El artista en esta disciplina, al trabajar, comienza a pensar con su mano; cuando trabaja concentrado sus pensamientos fluyen a través de sus manos. La cabeza dirige su capacidad para la vida espiritual hacia la expresión física a través de las manos. Asimismo, el ritmo interno que siente al dibujar con sombreado diagonal tiene su efecto en su sistema rítmico ennobleciendo el sentimiento del artista.
Aunque es evidente que ya en el pasado se ha logrado conseguir gran belleza en el dibujo de líneas, esta nueva aproximación abre nuevos horizontes hacia el futuro. Al evitar la línea de contorno en todo dibujo, tenemos la posibilidad de penetrar directamente en las cualidades vivientes de la luz y la oscuridad de una forma tan natural como el ritmo de nuestra propia respiración, dejando así espacio a la inspiración.
Este método exige por lo tanto nuevos elementos, distintos de los habituales en el aprendizaje del dibujo. Para empezar, requiere el desarrollo de la capacidad de observación cualitativa en grados de luz y oscuridad y luego la de representación con trazos diagonales. Se podría considerar esta disciplina como una alternativa a los métodos ortodoxos del dibujo o bien como plenitud de ellos.
Acuarela
La Pintura con Acuarela y su Valor Terapéutico:
La pintura con acuarela parte de la experiencia viva de cada color como expresión de la interacción entre la luz y la oscuridad. Para Goethe “los colores son los actos y padecimientos de la luz”.
Esta experiencia, que se puede lograr en la práctica de diversas maneras, es facilitada por la acuarela gracias a la interpenetrabilidad, transparencia y luminosidad de sus colores.
Cada color ha de ser captado en su cualidad esencial ya que es desde esta captación cualitativa que el artista podrá dar expresión a formas particulares respetando la voluntad de cada color. (La voluntad del amarillo será siempre la de irradiar, por lo que no corresponderá usarlo para pintar una piedra).
La naturaleza viva de cada color expresa una cualidad anímica que pertenece tanto al mundo exterior como al mundo interior de cada hombre, esto es así aunque no siempre seamos conscientes de ello. Un día luminoso nos despierta un ánimo muy diferente a un día gris. Los ánimos de la naturaleza, también habitan en nuestra vida interior.
A su vez, la vida interior puede expresarse a través del color; la dicha, la tristeza y la imaginación encontrarán en el elemento cromático la tonalidad e intensidad adecuada para lograr su expresión. El mundo creativo interior se vivifica al encontrar su vínculo con la creación exterior. Las propias fuerzas anímicas se activan al trabajar con los colores, las fuerzas formativas de expansión y de contracción que encontramos al sumergirnos en el valor cualitativo de los diferentes colores hacen de la pintura un buen compañero en un proceso terapéutico en la medida de la intensidad de la experiencia del color y de la armonía que podamos alcanzar en su juego.
Modelado
El Modelado y su Valor Terapéutico:
Para introducirse en el trabajo de modelado es vital alcanzar el conocimiento de las fuerzas formativas de lo cóncavo y lo convexo. Para esto es necesario partir por individualizar estas fuerzas ya que ellas se encuentran siempre actuando juntas en todas las formas de la naturaleza.
Para individualizarlas podemos hacerlo adentrándonos en una imaginación que nos enseñe el modo de aproximarnos al proceso de formación que le es propio a cada una de ellas.
Plasmando en la greda este proceso, vamos conociendo las cualidades que individualizan a lo cóncavo y a lo convexo, hasta que llega el momento en que este proceso se detiene en su devenir y da a la forma.
Ya teniendo, a través de estas experiencias, el conocimiento de ambas fuerzas, podemos entonces buscar su encuentro, hacerlas dialogar y armonizarse.
Todos estos momentos de búsqueda y conocimiento en la greda, van permitiendo que estas fuerzas actúen en el interior como fuerzas sanadoras.
El Primer Goetheanum
El Primer Goetheanum
El Primer Goetheanum
Interior Primer Goetheanum